miércoles, 30 de marzo de 2011

DE PENDONES Y PENDONEOS

Pendones en San Froilán
De un tiempo a esta parte la Diputación de León ha venido financiando la restauración o, en caso necesario, la recuperación total de los antiguos pendones representativos de los diferentes pueblos de León. Estas enseñas surgieron en la Edad Media como distintivo militar, si bien, al terminar las batallas contantes, quedaron como recuerdo y estandarte de los diversos lugares de nuestra geografía provincial. En los últimos años han tenido un gran auge y podemos verlos ondear en diferentes ocasiones como por ejemplo la romería de San Froilán o la de la Virgen de Castrotierra que sale de Astorga.

Ayer ya incluí en mi perfil de facebook una noticia del Diario de León que publicitaba la reciente instalación de una exposición de pendones en diversos pueblos de la maragatería que, sin duda, será de gran interés. Dicha muestra, ha sido organizada por la Asociación Pendones del Reino de León, que trabaja duro por el reconocimiento de esta tradición leonesa. Pueden ver la noticia y el programa de actividades previsto en los siguientes enlaces: noticia DiarioPrograma de actividades.

A tenor de todo este asunto, se me ha ocurrido destacar que, recientemente en Astorga, se ha colocado un nuevo monumento en la llamada Glorieta del parque del Melgar. Representa una procesión de pendones que forman una corona, como conmemoración del 1100 aniversario del Reino de León. Un jurado de nueve miembros evaluó diferentes obras convocadas a concurso y eligió finalmente la del autor José Luis de la Iglesia López.

Once lados, once siglos, una corona.
 Yo aún no sé si me gusta o no, pero lo cierto es que la obra ya ha sido muy criticada, no tanto por su contenido, como por el coste que ha supuesto al Ayuntamiento astorgano. La idea de su realización provino del Concejal leonesista Enrique Soto allá por junio de 2009, si bien, por aquel entonces, su idea era la de poner una estatua del rey García I. Descabellada a mi parecer, dicha idea provocó un debate en el que participé con un comentario en El Faro Astorgano. Tal vez se haya quedado ya obsoleto y algunas cosas hayan cambiado, pero me gustaría recuperarlo aprovechando la ejecución final de la obra, para celebrar que finalmente aquel rey leonés no obtuvo su homenaje.

DE BALONCESTO, ROTONDAS Y CECINAS...

Total, que llegó Pau Gasol y se convirtió en el primer español y catalán en ganar un anillo de la NBA. La proeza no está exenta de mérito, pero al chaval le dio por celebrarlo colgándose una bandera de España de la espalda. El debate estaba pues garantizado, dejando a un lado la grandeza de semejante logro. Los “catalibanes”, que si es un traidor a la patria o si tiene que hacerlo porque tiene un contrato con Niké; los “españolitos” de pro, que muy bien Pau, tu si que eres un tío grande y, por supuesto, un español de primera. El caso es que cuando un deportista catalán utiliza la senyera, estelada o no, para celebrar sus triunfos, a ojos españoles pasa a ser un infame, mientras se convierte en una especie de héroe catalán (en ambos supuestos, tal vez solo para algunos, que no es bueno generalizar).
Pues digo yo que el buen hombre tendrá derecho a sentirse catalán, español, ciudadano del mundo o lo que le venga en gana sentirse, que para el tiempo que lleva en los EE.UU., seguro que algún sentimiento tiene ya por tan inhóspita tierra.
Y es que el “patriotismo futbolero” no distingue entre ricos y pobres, y más cuando, en tiempos de crisis, nos contentamos con ver como “la Roja” se juega los cuartos en la Copa de Confederaciones, competición de la que en España no se había oído hablar nunca, hasta que a dicha selección le dio por ganar la Eurocopa el pasado año, hecho que se celebró incluso en Barcelona…
Se preguntará el lector a dónde quiero llegar o qué tiene esto que ver con León o Astorga. Pues bien, en nuestra provincia, existe un regionalismo emergente que puede que nos lleve a situaciones parecidas. En 300 años, tal vez otro leonés vuelva a ganar un campeonato del mundo de atletismo y a algunos nos moleste que use la bandera española para celebrarlo, aplaudiendo por el contrario que lo haga con la enseña del León rampante. Seguro que alguien lo ve como pura exageración, pero todos los nacionalismos tienen un origen. En Senderos de Gloria, la obra maestra de Stanley Kubrick, el coronel Dax, personaje encarnado por Kirk Douglas, le espetaba la siguiente cita de Samuel Johnson a su superior: “el patriotismo es el último refugio de los canallas”. Una frase interesante, que no tiene porque ser completamente cierta, pero sobre la cual todos deberíamos recapacitar.
En León, donde no digo que no sea necesaria o más beneficiosa la autonomía y de donde me siento muy orgulloso de ser, se enarbola el estandarte de la identidad en base a una lengua común (que nadie habla pero algunos estudiamos, en la “intimidad”, como aquel que diu…), y en torno a un pasado medieval que nadie recuerda y del que dudo que haya razones para sentirse orgulloso (matarse a espadazos no me parece algo ideal). No hace tanto incluso, algunas voces se alzaron para reivindicar que nuestra región había sido la primera en alzarse contra los franceses allá por 1808…
Para conmemorar algunos de estos acontecimientos, la UPL ha propuesto erigir un monumento a don García I, primer rey de León, en una de las nuevas rotondas que configuran la red viaria de nuestra ciudad. A dicha iniciativa ha respondido el PAL aconsejando que se coloque una cecina o un cocido maragato, cosa que provocaría un hambre voraz a cualquiera que se aproximara por allí.
Como ya dije en otra ocasión, yo no siempre estoy de acuerdo con Pablo González “Peyuca”, y esta es una de esas ocasiones, aunque antes colocaría una réplica de tan ilustre embutido que al “cecino” de García I, que conspiró contra su padre y no hizo más en la vida que nacer heredero de un rey. Dicho esto planteo lo siguiente: ¿porqué no colocan una fuente o unos setos que, para variar, vayan a estar bien atendidos? Así gastamos poco, no molestamos a nadie y adornamos la ciudad, además, hasta donde yo se, el agua y las flores son patrimonio de la humanidad y no exclusiva de ningún pueblo, región, nación, país, etc., etc.
No vayan ustedes a pensar con esto que no me interesan la Historia o la gastronomía o que pretendo obviarlas, pues sería tirar piedras contra el propio tejado, pero considero en cuanto a la primera que está para estudiarla, comprenderla, aprender del pasado y unir más a los pueblos, nunca para separarlos, que es como se está usando actualmente. En cuanto a la segunda, que catalanes, vascos, españoles, leoneses, maragatos, chinos y quien quiera apuntarse, se sienten en torno a un cocido y comenten lo bonita que está la nueva glorieta del ambulatorio con la fuente o flores que le han puesto.

Oscar González García
Historiador y Profesor de Ciencias Sociales

lunes, 21 de marzo de 2011

EXPOSICIÓN Y ACTOS SOBRE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN EL CENTRO COMERCIAL ESPACIO LEON (Versión 2.0)

Pronto comentaré en este blog en qué consiste la recreación histórica, actividad que, de un tiempo a esta parte, me proporciona un enorme entretenimiento y que me ha aportado además nuevos conocimientos y amistades.

De momento -el blog está en construcción y no tengo mucho tiempo- aprovecho este medio para publicitar una actividad organizada por la Asociación Histórico-Cultural Voluntarios de León (a la que tengo el honor de pertenecer) y el centro comercial Espacio León.



Entre los días 21 de marzo y 9 de abril puede ser visitada la exposición que ayer mismo montamos los miembros de la asociación y que incluye diversos uniformes militares de la época de la Guerra de Independencia Española contra Napoleón Bonaparte, así como objetos y miniaturas.

Unos visten los maniquíes y otros prefieren bailar con ellos...
  Además, los días 26 de marzo, 2 y 9 de abril (todos sábados), entre las 18 y las 21 horas, podrán verse también a recreadores uniformados haciendo desfiles y demostraciones con sus armas. Este sábado 26 ya estuvimos allí haciendo las delicias del respetable público, muy especialmente nuestro subteniente, que se lo pasó pipa con los niños que se alistaron en el regimiento.

Soldado escocés del ejército británico y mujer vestida como alarma gallega
Es, sin duda, una oportunidad única para que el público se acerque a la historia contemporánea de España y de León. Os dejo algunas fotos del montaje y de los elementos que componen esta muestra.

Voluntario de Madrid (blanco) y voluntario de León (azul)

Soldados en miniatura avanzan hacia la batalla

domingo, 20 de marzo de 2011

Crítica de una película que ni siquiera he visto (ni veré)

Siempre he tenido a Santiago Segura por un tipo extremadamente inteligente. Es, indudablemente, un friki en el sentido más puro y atractivo de la palabra o, dicho de otra manera, un friki de los míos. A este tipo de individuos les gustan los comics, las películas de Star Wars, la trilogía de El Señor de los Anillos y una larga serie de cosas, conceptos y utensilios variados que nos han producido momentos de gran satisfacción en la vida.
La primera vez que tuve constancia de la existencia del señor Segura fue cuando asistí a una sala de cine a ver una de las mejores películas que ha dado el cine español (el cual, a mi juicio, ha dado pocas): El día de la bestia de Alex de la Iglesia. En ella interpretaba a José Mari, el heavy que ayudaba al cura Alex Angulo en una particular persecución de un nonato anticristo, papel que le proporcionó el reconocimiento recibiendo el Goya al mejor actor revelación del año 1995. Su popularidad aumentó sin parar hasta que, tres años después, alcanzaría su apogeo al rodar Torrente: el brazo tonto de la ley. La campaña de promoción que llevó a cabo no tuvo parangón en la historia del cine y el film se convirtió pronto en la película más taquillera de la industria nacional. Fuí a verla con una antigua novia al teatro Emperador de León, que tan triste fin ha tenido después de proporcionar a los leoneses tantas y tantas sesiones de placer cinematográfico, con toda la esperanza y seguridad de que iba a ser testigo de una genialidad. No me reí ni una sola vez. La película me pareció un bodrio absoluto y salí del cine indignado y con una novia que ni me hablaba por haberla obligado a ver semejante tontería. Por contra hubo gente en la sala que se lo pasó de miedo. Como habían pagado la entrada y salía Santiago Segura tenían la obligación de reirse sí o si; es más, creo que alguno se rió incluso cuando apareció su nombre en los títulos de crédito. El personaje de Torrente pretende ser una caricatura de una especie de facha machista y guarro (estereotipo que Santiago Segura dice odiar) y que resulta ahora es admirable para gran parte de la población. Por suerte para mí, he olvidado por completo aquella infamia filmica excepto una de sus escenas en la que el señor Torrente conocía en sentido biblico a la por entonces espectacular Neus Asensi, actriz que excitaba los más recónditos rincones de mi líbido postadolescente. Verla en manos de aquella especie de cruce entre Jesús Gil y Tejero me pareció una aberración sólo comparable a una escena de zoofilia.


La posibilidad de ver la segunda parte en el cine ni siquiera se planteó en mi cabeza. Segura volvió a batir records de taquilla y Torrente se hizo omnipresente una vez más. Yo la ví cuando llegó a la televisión y también he conseguido olvidarla casi por completo aunque, en esta ocasión, si que hubo algo que me hizo gracia: una escena en que el personaje de Gabino Diego era atropellado. A la tercera no le presté ninguna atención, sin embargo, debió tener tanto o más exito que las anteriores puesto que el pasado fin de semana se estrenó la cuarta parte, esta vez con el añadido de la tecnología 3D aplicada a la caspa. El primer fin de semana ha recaudado 8 millones de euros, batiendo todos los records una vez más. En estos días he oido a Santiago Segura en diversos medios defendiendo su producto ante profesionales que le aseguraban no iban a ver la película, pero que le prestaban sus espacios para su promoción. El director dice que Torrente es una parodia y que el personaje representa todo lo peor que puede dar la sociedad española. El problema está en que parte de esa sociedad ha llegado a idolatrar este producto. El propio Segura admitía haber sentido asco cuando, en una ocasión, un taxista le espetó: "más gente como Torrente es lo que hace falta en este país". Buscando la parodia ha creado un ejemplo a seguir con el que además se enriquece considerablemente.

No termina así el atentado contra la inteligencia de este país sino que, para rematarlo, don Santiago ha incluido en el reparto de la película a la señorita Belén Esteban y a Kiko Rivera, más conocido como Paquirrín. Sin duda esto atraerá a mayor cantidad de gente a las salas, lo cual, a mi personalmente me resulta enfermizo ya que me parecen personajes muy poco dignos de admiración. Cualquier día de estos aportaré mi humilde opinión hacia la prensa rosa.

Aunque Santiago Segura ha dicho que su película va a verla desde un obrero hasta un fiscal y desde un niño a su abuelo, yo no puedo estar de acuerdo y estoy convencido de que, al menos el 80% de su público tiene una procedencia muy específica muy próxima a los polígonos de las grandes ciudades y muy alejada de las bibliotecas. Teniendo en cuenta que él ha formado y forma parte del llamado mundo de la cultura, podemos constatar mi inicial afirmación sobre su inteligencia, que le ha permitido crear un producto rentable sabiendo perfectamente dónde debe venderlo.

Yo no pienso verla, pero el hecho de que el film recaude 8 millones de euros en un fin de semana debería servir de reflexión al resto de personas que forman parte de la industria cinematográfica de este país que se la cogen con papel de fumar haciendo dramas sociales que a nadie interesan y que viven de las subvenciones y de la defensa de la clase política. No defiendo que se hagan Torrentes a diestro y siniestro con el fin de recaudar pero, si el cine español diera a la gente lo que quiere ver ¿sería necesario que nos impusieran la famosa cuota de peliculas nacionales en los cines? ¿Sería necesaria la ley Sinde? ¿Podría dejar de gastar dinero el Gobierno en costear películas deficitarias porque nadie las va a ver? Pensemos sobre ello...