domingo, 20 de marzo de 2011

Crítica de una película que ni siquiera he visto (ni veré)

Siempre he tenido a Santiago Segura por un tipo extremadamente inteligente. Es, indudablemente, un friki en el sentido más puro y atractivo de la palabra o, dicho de otra manera, un friki de los míos. A este tipo de individuos les gustan los comics, las películas de Star Wars, la trilogía de El Señor de los Anillos y una larga serie de cosas, conceptos y utensilios variados que nos han producido momentos de gran satisfacción en la vida.
La primera vez que tuve constancia de la existencia del señor Segura fue cuando asistí a una sala de cine a ver una de las mejores películas que ha dado el cine español (el cual, a mi juicio, ha dado pocas): El día de la bestia de Alex de la Iglesia. En ella interpretaba a José Mari, el heavy que ayudaba al cura Alex Angulo en una particular persecución de un nonato anticristo, papel que le proporcionó el reconocimiento recibiendo el Goya al mejor actor revelación del año 1995. Su popularidad aumentó sin parar hasta que, tres años después, alcanzaría su apogeo al rodar Torrente: el brazo tonto de la ley. La campaña de promoción que llevó a cabo no tuvo parangón en la historia del cine y el film se convirtió pronto en la película más taquillera de la industria nacional. Fuí a verla con una antigua novia al teatro Emperador de León, que tan triste fin ha tenido después de proporcionar a los leoneses tantas y tantas sesiones de placer cinematográfico, con toda la esperanza y seguridad de que iba a ser testigo de una genialidad. No me reí ni una sola vez. La película me pareció un bodrio absoluto y salí del cine indignado y con una novia que ni me hablaba por haberla obligado a ver semejante tontería. Por contra hubo gente en la sala que se lo pasó de miedo. Como habían pagado la entrada y salía Santiago Segura tenían la obligación de reirse sí o si; es más, creo que alguno se rió incluso cuando apareció su nombre en los títulos de crédito. El personaje de Torrente pretende ser una caricatura de una especie de facha machista y guarro (estereotipo que Santiago Segura dice odiar) y que resulta ahora es admirable para gran parte de la población. Por suerte para mí, he olvidado por completo aquella infamia filmica excepto una de sus escenas en la que el señor Torrente conocía en sentido biblico a la por entonces espectacular Neus Asensi, actriz que excitaba los más recónditos rincones de mi líbido postadolescente. Verla en manos de aquella especie de cruce entre Jesús Gil y Tejero me pareció una aberración sólo comparable a una escena de zoofilia.


La posibilidad de ver la segunda parte en el cine ni siquiera se planteó en mi cabeza. Segura volvió a batir records de taquilla y Torrente se hizo omnipresente una vez más. Yo la ví cuando llegó a la televisión y también he conseguido olvidarla casi por completo aunque, en esta ocasión, si que hubo algo que me hizo gracia: una escena en que el personaje de Gabino Diego era atropellado. A la tercera no le presté ninguna atención, sin embargo, debió tener tanto o más exito que las anteriores puesto que el pasado fin de semana se estrenó la cuarta parte, esta vez con el añadido de la tecnología 3D aplicada a la caspa. El primer fin de semana ha recaudado 8 millones de euros, batiendo todos los records una vez más. En estos días he oido a Santiago Segura en diversos medios defendiendo su producto ante profesionales que le aseguraban no iban a ver la película, pero que le prestaban sus espacios para su promoción. El director dice que Torrente es una parodia y que el personaje representa todo lo peor que puede dar la sociedad española. El problema está en que parte de esa sociedad ha llegado a idolatrar este producto. El propio Segura admitía haber sentido asco cuando, en una ocasión, un taxista le espetó: "más gente como Torrente es lo que hace falta en este país". Buscando la parodia ha creado un ejemplo a seguir con el que además se enriquece considerablemente.

No termina así el atentado contra la inteligencia de este país sino que, para rematarlo, don Santiago ha incluido en el reparto de la película a la señorita Belén Esteban y a Kiko Rivera, más conocido como Paquirrín. Sin duda esto atraerá a mayor cantidad de gente a las salas, lo cual, a mi personalmente me resulta enfermizo ya que me parecen personajes muy poco dignos de admiración. Cualquier día de estos aportaré mi humilde opinión hacia la prensa rosa.

Aunque Santiago Segura ha dicho que su película va a verla desde un obrero hasta un fiscal y desde un niño a su abuelo, yo no puedo estar de acuerdo y estoy convencido de que, al menos el 80% de su público tiene una procedencia muy específica muy próxima a los polígonos de las grandes ciudades y muy alejada de las bibliotecas. Teniendo en cuenta que él ha formado y forma parte del llamado mundo de la cultura, podemos constatar mi inicial afirmación sobre su inteligencia, que le ha permitido crear un producto rentable sabiendo perfectamente dónde debe venderlo.

Yo no pienso verla, pero el hecho de que el film recaude 8 millones de euros en un fin de semana debería servir de reflexión al resto de personas que forman parte de la industria cinematográfica de este país que se la cogen con papel de fumar haciendo dramas sociales que a nadie interesan y que viven de las subvenciones y de la defensa de la clase política. No defiendo que se hagan Torrentes a diestro y siniestro con el fin de recaudar pero, si el cine español diera a la gente lo que quiere ver ¿sería necesario que nos impusieran la famosa cuota de peliculas nacionales en los cines? ¿Sería necesaria la ley Sinde? ¿Podría dejar de gastar dinero el Gobierno en costear películas deficitarias porque nadie las va a ver? Pensemos sobre ello...



6 comentarios:

  1. He de reconocer que la primera parte sí que me gustó, en parte por lo rompedor del argumento y del punto de partida. No puedo decir lo mismo de la segunda, que me pareció un churro caducado. La tercera ni siquiera la he visto, y con la cuarta como que va a pasar lo mismo.

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  2. Ví la primera de Torrente, y me disgustó bastante... Cuando intenté ver la segunda se me revolvió el estómago, y hasta ahí llegué.
    Santiago Segura me parece también un tío inteligente, pero aún cuando hace de sí mismo, y no de Torrente, me da mal rollo. Prefiero recordarlo por "El día de la bestia".

    Pues nada, que el blog vaya bien y que los demás lo veamos. Un saludo desde un poco más abajo de las faldas del Teleno, aunque desde aquí también se ve :)

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  3. Guste o no, Torrente no tiene subvenciones.

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  4. La verdad es que desconozco los requisitos a cumplir para conseguir subvenciones con el fin de hacer cine en España. Puede que no las tenga y es seguro que no las necesite pero yo no pondría la mano en el fuego. De cualquier forma, si se subvenciona a otras no veo porque no habrían de financiar esta.

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  5. He encontrado una información sobre el asunto de la subvención:

    http://www.thehouseofblogs.com/articulo/torrente_4_cine_sin_subvenciones-301253.html

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  6. De Torrente hasta este fin de semana solo habia visto cachos en la television... y ya conseguia repugnarme. Este finde fui obligada a ver la cuarta como un regalo de cumpleaños.... y son de las 2 horas mas desperdiciadas de mi vida ¬¬
    Creo que el unico momento bueno es cuando belen esteban la palma XD

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